¿Qué hacer si un día te encuentras con una grieta o un golpe en el cristal de tu coche? Lo primero que muchos piensan es “Bah, no es para tanto”, y de hecho, muchos conductores lo piensan tan a menudo que, según estudios recientes, un 35% admite haber conducido alguna vez con una luna rota o dañada. Aunque parezca algo menor, lo cierto es que una luna rota puede poner en riesgo tu seguridad, además de empeorar con el tiempo. Si no quieres acabar con un cristal que se rompe por completo, aquí te dejamos algunos consejos prácticos para saber qué hacer si te encuentras en esta situación.

Evalúa el daño

Lo primero es inspeccionar el daño. Si es una pequeña muesca o grieta, puede ser reparable sin necesidad de cambiar toda la luna. Sin embargo, si la fractura es grande o se encuentra en el área del conductor, lo mejor es cambiar el cristal completo, ya que representa un peligro inminente para la visibilidad y la seguridad.

No ignores el problema

Aunque el daño sea pequeño, es importante actuar rápidamente. Con el tiempo, las grietas pueden empeorar debido a las variaciones de temperatura o a la vibración del coche mientras circulas. Reparar la luna pronto evitará que el daño se agrave y será más económico que esperar a una rotura mayor.

¿Reparar o reemplazar?

Si el daño es pequeño, existen técnicas de reparación que usan resinas para sellar las grietas. Sin embargo, si la fractura es importante o está justo en el campo de visión del conductor, no hay vuelta atrás: tendrás que reemplazar la luna completa. Recuerda que, aunque parezca un gasto innecesario, tu seguridad al volante es lo primero.

Protege el área dañada

Si no puedes reparar el daño inmediatamente, coloca una cinta adhesiva transparente sobre la grieta para evitar que el agua o los elementos externos la agraven. Además, trata de evitar el uso del coche hasta que se solucione el problema.

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