Aunque los precios de la gasolina se han estabilizado, es cierto que no han vuelto a bajar a las cifras que se manejaban el año pasado.
El encarecimiento de la vida en general, sumado al aumento de los precios de combustible, han hecho que muchas personas opten por estirar lo máximo posible la gasolina de sus coches, llegando a conducir en reserva.
Conducir en reserva es peligroso
Los vehículos más actuales vienen equipados con depósitos de plástico muy resistente, que no se daña ni se oxida. Por ello, las únicas impurezas que pueden afectar al motor vienen del propio combustible, que todavía se depura y refina más que los combustibles de antes.
Sin embargo, circular en reserva sigue siendo perjudicial, ya que hace trabajar al propulsor más de la cuenta. Así, a la bomba de succión le cuesta más atraer el combustible cuando es escaso, el aire se cuela por el medio y su combinación con la gasolina o el diésel hace que esta sea menos eficiente.
Las consecuencias negativas de circular en reserva
- Cuando el combustible es escaso, el vehículo empezará a dar tirones y, en el caso de que se agote, se quedará parado.
- Los inyectores pueden llegar a obstruirse debido a la mala calidad de los depósitos finales de gasolina.
- Puede existir un desgaste prematuro en las cámaras de combustión y de las válvulas encargadas de alimentar y evacuar los gases del motor.
Y además…
Existen multas de hasta 3.000 euros en caso de conducir en reserva y que el coche se quede inmovilizado.
Ahora que ya sabes lo peligroso que es conducir en reserva… ¡Deja de hacerlo! Si necesitas llevar tu vehículo a un taller experimentado, ¡ven a FASEmotor!